Si hay algo que no tenemos muy en cuenta cuando compramos un coche es los neumáticos que trae de serie. Nos centramos en ponerle las llantas más bonitas y se nos olvida que algún día esas ruedas se gastarán y nos tocará cambiarlas. Sin lugar a dudas, ahí es cuando nuestro bolsillo sufrirá las consecuencias.
Tampoco estamos hablando de que compremos el modelo con tapacubos y las ruedas más finas, ya que de alguna manera una rueda más grande nos da más seguridad, pero todo en su justa medida.
Elegir un buen neumático puede hacerte ahorrar dinero sin pecar en prestaciones
No es muy lógico, por muy atractivo que resulte, equipar un utilitario al estilo del Opel Adam con neumáticos de 17 pulgadas de 215 mm de ancho, ¿verdad que no?
Elegir unas ruedas inadecuadas a la hora de comprar nuestro coche nos repercutirá en un menor confort de marcha y un consumo más elevado. Así que como decimos, hay que anteponer la razón al corazón a la hora de elegir los neumáticos.
Los fabricantes normalmente no nos permiten elegir los neumáticos que montará nuestro coche, sino que se asocian por defecto según la llanta que elijamos o el paquete deportivo si optamos por el pack más agresivo. A mayor deportividad parece que mayor anchura debe tener el neumático.
Códigos de los neumáticos, algo que dejarás de verlo abstracto
A la hora de cambiar las ruedas de nuestro coche, tendremos que fijarnos en una serie de códigos impresos sobre el neumático para elegir los que más nos convengan y se adecuen a nuestro coche.
En algunos casos, y siempre que esté explícito en la ficha técnica, podremos montar un neumático más fino. Esto solo será posible en caso de que nuestra llanta lo admita.
Estos son los elementos, según el distribuidor de gomas FIRSTSTOP, que representan cada número que ves en la imagen que se muestra un poco más arriba:
- Anchura: es el ancho del neumático inflado, en milímetros.
- Altura: corresponde a la relación de aspecto entre la altura del perfil y la anchura del neumático, como un porcentaje.
- Llanta: es el diámetro de la llanta para la que el neumático está diseñado. No se puede montar en otra mayor ni menor.
- Índice de carga: se refiere al peso máximo que un neumático puede soportar. Ese número no es el equivalente en kg. Más bien, va asociado a una tabla de equivalencias.
- Código de velocidad: este valor va asociado a la velocidad máxima que el neumático puede soportar durante un periodo de diez minutos sin ser un peligro. Puede componerse de una letra o una letra y un número, y también va asociado a una tabla de equivalencias, la cual encontrarás en equivalencias.info.
También debemos tener en cuenta el año de fabricación de la rueda, para estar seguros de que no nos montan ruedas viejas. Este mismo argumento nos vale para saber cuántos años tienen las ruedas en caso de que compremos un vehículo de segunda mano, tal y como recomienda Autofácil.
Para ello, tendremos que ver el grupo de cuatro dígitos que aparece en la imagen de la derecha; los dos primeros indican la semana de fabricación, y los dos últimos el año. En este caso, este neumático fue fabricado la semana 14 del año 2016.
El mito de las ruedas que reducen el consumo
Ahora se ha puesto muy de moda una gama de neumáticos de baja resistencia a la rodadura. Algunos fabricantes afirman utilizar componentes que generan menor fricción al rodar sobre el asfalto y que, a su vez, reducen el desgaste; algunos hasta prometen reducir el consumo de combustible de nuestro vehículo.
Ahora que tenemos las etiquetas de calificación energética de la Comunidad Europea, vemos cómo esto no es tan cierto como dicen. Hasta dentro de una misma marca observamos cómo los neumáticos deportivos tienen un nivel de consumo y ruido muy similar al de los de baja resistencia a la rodadura.
Las etiquetas de calificación energética son las que contienen la respuesta
Y es que no podemos pedirle peras al olmo, el consumo estará en la fricción que haya por la sección del neumático y lo que nos pese el pie derecho.
Es cierto que cada vez se avanza más en tecnología de compuestos, y que cada vez hay neumáticos más silenciosos y con mejor agarre, pero la diferencia de consumos en cualquier caso no será escandalosa, tal y como informa Autopista.
Lógicamente cuanto mayor sea nuestro coche, requerirá neumáticos más gruesos que repercutirán en el consumo. La diferencia la notamos cuando le montamos a un utilitario las ruedas de un deportivo. En este caso, el coche se vuelve más torpe en reacciones y el consumo se magnifica.
Claro, así, si le ponemos una 195/55 R15 de baja resistencia a la rodadura, el coche consumirá menos, pero es que en esa medida seguramente no habrá neumáticosdeportivos. Al final vemos que es la pescadilla que se muerde la cola.
Los neumáticos de segunda mano y recauchutados
Como decíamos antes, los fabricantes no nos permiten elegir el tipo de neumáticos que montará nuestro coche, ni tampoco la marca de los mismos. Así que nos tocará apechugar con lo que nos venga de serie, y cuando toque cambiar, elegir la marca que más nos conviene, guste, o ajuste a nuestro presupuesto.
Sinceramente, no recomendaríamos montar neumáticos de procedencia dudosa por ahorrarse hasta la mitad de precio. Obtener el agarre necesario en una situación de peligro y no acabar estrellados es algo que no tiene precio.
Probablemente muchos se decanten por los neumáticos más baratos que le ofrezca su montador de confianza, pues no van a notar nada de unos a otros, pero donde se marca la diferencia es en situaciones comprometidas.
Otra práctica cada vez más extendida, sobre todo en momentos de crisis económica, es la de comprar neumáticos de segunda mano o recauchutados, según informa Infotallertv. Estos no son más que neumáticos antiguos de los cuales se conserva la estructura vieja y que se recubren con goma nueva.
Los neumáticos de segunda mano pueden estar más gastados de lo que parecen
Aunque han mejorado mucho las técnicas de recauchutado en los últimos años, no será el primero al que le ha reventado una rueda a alta velocidad, desprendiéndose la banda de rodadura y destrozando el paso de rueda y la aleta.
Los neumáticos de segunda mano, aparentemente, son ruedas de cualquier marca, incluso de primeras marcas, con pocos kilómetros que se ponen a la venta a un precio muy reducido. Lo malo es que no sabemos cuál ha sido su procedencia anterior, si se han apepinado por pillar un bache grande, si vienen de un coche siniestrado, etc.
Así pues, el consejo es estirarnos económicamente un poquito en poner neumáticos de calidad, aunque nos cuesten algo más caros. Al fin y al cabo, nuestra seguridad no tiene precio.
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